(Esta entrada fue escrita el 09 febrero 2009)
Y llegó. A las 17:00 horas, tal y como se prometió, se puso lista para descarga la tan ansiada demo. 1207 Mb que nos costó descargar 1 hora (dado el estado de los servidores, no estuvo nada mal). ¿Había merecido la pena la espera?
Si.
Así de contundente. La espera ha merecido la pena; no nos referimos a esa hora de colapso, locura transitoria y nervios que se vivieron en el PlayStation Network. Nos referimos a los años de esperar tras aquel ya clásico del E3 que con una impresionante CGI nos llevaba a pensar cómo serían los juegos de PS3. Y Guerrilla ha cumplido. Nos ha brindado un producto sobresaliente en todos los aspectos. Pasemos, pues, a diseccionar la demo.
Sony… Guerrilla… y se nos muestra una pantalla de selección de idioma… el español (y muchos otros, bastante raros) entre ellos. Pulse Start. Y la primera en la frente: los menús con cada opción que seleccionas muestran un parpadeo “hecho adrede”. Es bastante molesto, pero es un fallo menor. Nos fijamos en el año: “2008” -¿será una versión muy temprana del juego? Luego veréis por qué lo digo.- Solo hay 2 posibles opciones: Nueva campaña y Opciones. Como tenemos ganas de entrar en acción, vamos directamente a la primera opción. Solo un escenario disponible –la primera fase-. Pulsamos X, seleccionamos dificultad (en medio está bien, ¿no?) y pasamos a la pantalla de carga. Primer detalle: puedes rotar e inclinar a tu antojo la imagen de carga con el sensor de movimiento del Dual Shock 3.
Tras unos pocos segundos de espera, entramos en una orgía de balas, acero, polvo y sudor. Encarnas a Sev, y vas acompañado de otros 3 hombres (Rico –ya conocido por los anteriores Killzone-, Garza -francotirador- y Nakto), montado en una especie de “jeep aéreo”. Las balas silban según te acercas a las posiciones enemigas. Una espectacular escena in-game te golpea y no te deja respirar: ese agua hiperrealista, tus compañeros, el entorno, el efecto Blur magnificando la velocidad de la aeronave… todo es perfecto, hasta que tu nave toca el agua del río, y tú y tus compañeros salís despedidos hacia tierra. El mando tiembla como si de un terremoto se tratase. Y para.
Tienes la pantalla completamente llena de polvo. Segundo detalle: comprobado específicamente, cada vez la cámara se mancha de una forma distinta y completamente aleatoria. Una polvareda a tu alrededor es rápidamente despejada por el viento, y Rico te da las órdenes pertinentes. Comienza la demo. Corremos detrás de nuestros compañeros; tras voltear una esquina aparecen los 3 primeros Helghast. No son ningún problema para nosotros, solo están para probar puntería. Pero ya se aprecian detalles de calidad como que cada vez que juguemos, dependiendo de donde les disparemos, morirán de una forma u otra.
Doblamos otra esquina. Las tropas ISA están intentando ganar posiciones rápidamente. El ruido de la batalla es ensordecedor. Todo a tu alrededor para estar esperando que te des la vuelta para clavarte una puñalada. Nos fijamos en las texturas. De impresión, el juego está a la altura. Quizá no estén ten definidas como en otros juegos, pero el resultado global es insuperable, si se cuenta con el sistema de iluminación más avanzado hasta la fecha en PS3.
Seguimos avanzando; nuestro objetivo es derribar un puente, pero nos disparan desde enfrente. ¿Nos quedamos de brazos cruzados? No. Delante hay un lanzacohetes. Lo cogemos. Apuntamos a unos barriles (muy convenientemente colocados para nuestros intereses, por cierto) y disparamos
¡¡¡Kah-Boom!!!! El mejor humo volumétrico y las mejores explosiones, solo las podrás encontrar en este juego. Así de sencillo. Tras volar el puente, aún nos queda deshacernos de los enemigos que nos acechan. Están en inferioridad numérica, por lo que se parapetan tras bloques de hormigón y en lugares elevados. Tras no poco esfuerzo, recurriendo constantemente a la mirilla de precisión de nuestro rifle de asalto y a la cobertura, podemos continuar… Pasamos el puente y llegamos al primer punto de no retorno de la demo
Parece como si la cosa estuviese bastante calmada… nada más lejos de la realidad: 2 blindados Helghast de transporte de tropas irrumpen en escena. Una certera e incesante ametralladora fija en uno de ellos nos pone las cositas un poco más difíciles. Desesperado, buscas parapeto. Y hace aparición la IA enemiga en todo su esplendor. Si antes hemos señalados la actitud enemiga en inferioridad numérica, en superioridad cambian drásticamente. Si detectan que estás mucho rato sin moverte, puedes jurar que las granadas no tardarán en empezar a bolar sobre tu cabeza (y muy posiblemente en volarte la cabeza). Así que lanzamos un par de granadas a 2 grupos de enemigos.
Queremos descansar un rato, degustar con calma la demo. Así que decidimos trastear un poco con la interactividad, y nos llevamos una pequeña decepción. Nada en el escenario para sensible a nuestras balas. Si disparamos al hormigón este solo sufrirá desperfectos superficiales; ídem con el metal. Si lo hacemos sobre los enemigos, no se inmutarán, más allá de un chorretón de sangre, o que se les salte el casco. Nada más. Y si disparamos a nuestros aliados (protagonistas o no), si somos “persistentes”, estos nos atacarán con eficiencia radical (matándonos enseguida). Sin embargo, si les traicionamos “despacio”, podremos ver como al morir los 3 protagonistas el primero que cayó al suelo resucita automáticamente, y poco después sus compañeros. El resto de aliados no recibirán, por contra, el don de la inmortalidad.
Son detalles sin importancia, pero la calidad está en los detalles. ¿Serán residuos de un build antigua? No lo sabemos. Nos acercamos al agua; aquí si, se nota el trabajo bien hecho. Casi dan ganas de pegarse un baño. Los rayos de sol reflejan con una verosimilitud digna de ver. Sin riesgo a equivocarnos, el liquido elemento más bellamente recreado que se puede ver en PS3.
Puesto que ya hemos desconectado de la misión, volvemos junto a nuestro compañero, que nos da impulso para subir a un ascensor (con unas animaciones… perfectas) y llegamos al segundo punto de no retorno de la demo. Tras unos cuantos segundos, se nota un microparón, señal de que se ha cargado otra parte del escenario. Vemos una cajón de armas y nos aprovisionamos para lo que nos espere mientras el juego guarda automáticamente. Subimos un pequeño tramo de escaleras y descubrimos el interior de una nave de carga.
Uno tras otro caen abatidos. Por suerte para nosotros, hay barriles y bombonas de gas que nos facilitarán sobremanera acabar con ellos. Reseñar aquí que si disparamos a una bombona esta empezará a perder gas, rodando sobre el suelo descontrolada; pero es que si disparamos en otro lugar diferente (a otra bombona, dos disparos suponen provocar una deflagración) veremos como su movimiento también es diferente. Las físicas, de nuevo, sobresalientes. Recorremos el camino superior, cojemos más balas, y nos mentalizamos para esperar lo inesperable. Aún quedan un par de Helghast. De nuevo la IA hace de las suyas y oirémos como uno le dice a otro: «Está detrás de las cajas, ¡¡rodéale!!», para acto seguido hacer exactamente eso. Al acabar con ese héroe, su compañero nos sorprende por el lado contrario, pero con la ayuda de nuestro aliado no supone mayor inconveniente. De nuevo, un 10 en IA.
Tenemos que abrir una compuerta para poder salir de la nave. Todo está en calma, hasta que llegamos al interruptor; esta cortocircuitado, así que nuestro compañero se pone manos a la obra y lo arregla. Dado que le cuesta un rato «prolongado», nuestros amigos los Helghast deciden «descolgarse» y hacernos una visita.
Rápidamente nos cubrimos tras una valla y lanzamos un par de granadas. Estas, y los barriles, nos limpian un poco el camino. Los enemigos se esconden como ratas y tienen una puntería mortífera. Si decidimos bajar, nos superarán en número y perderemos la ventaja de la altura. Si nos quedamos arriba, nos rodearán. Elijamos lo que elijamos estaremos fastidiados, así que lo mejor es disfrutar del momento. Por abajo los chorretones de sangre y los golpes cuerpo a cuerpo serán una constante. Por arriba, tendremos que recurrir a nuestra velocidad y precisión, con ráfagas cortas y certeras.
Extenuados, vemos como nuestro compañero ya ha arreglado la puerta, así que podemos continu… ¿Ya? La demo acaba tras aproximadamente 12 minutos de juego, según lo hábiles o enredadores que hallamos sido. Realmente sabe a poco, pero cumple su función: incitarnos a comprar el juego completo. La demo termina con un delicioso vídeo con música lenta que recoge las diferentes opiniones de algunos medios (sobretodo referentes al apabullante aspecto gráfico) mientras se ve como caen abatidos los Helghast por diferentes armas.
Nos ha gustado:
• La iluminación
• La idea de la cobertura en 1ª persona.
• La IA
• Las físicas
• ¡¡Vaya sonido!!
• Los efectos de post-procesado
• El doblaje
• Las armas
• La ambientación
• Las animaciones
• Las pantallas de carga; curiosasNo nos ha gustado:
• Los cuerpos de los enemigos, una vez muertos, no son afectados por la física
• Los aliados son invulnerables (relativamente)
• La sensibilidad de ejes por defecto es muy lenta
• Que el arma al acercarte a un parapeto se convierta en una textura
• Los menús parpadeantes
• Los problemas de calibración del brillo que han tenido algunos usuarios
• La duración (10 minutos intensos pero escasos)